
De difícil diagnóstico porque suele confundirse con el burnout, el workaholismo o el TOC, fue identificado con ese nombre en 2002 apelando al mito de Sísifo
Provenimos de una cultura arraigada en el sacrificio, la reconstrucción de ciudades y economías devastadas, de la que emergieron organizaciones que impulsaron líderes con conductas empresariales excesivamente productivas, jornadas laborales hiper extendidas y la priorización del tener antes que el ser. Lamentablemente, esta mezcla tóxica entre el capitalismo y el extremo sacrificio (aun con cuatro generaciones actualmente trabajando al unísono) ha dado lugar a una cultura que reduce la identidad humana a un constante y perpetuo esfuerzo laboral. Lo que aún no entienden las organizaciones es que si siguen con este modelo “exprimidor” sin poner el verpresión, dadero foco en el bienestar y la salud psicoemocional de los trabajadores perderán aún más talento, productividad y sus negocios serán menos rentables. Mientras que todos trabajan a desgano, enferman o terminan renunciando.
Este modelo impulsa a las personas a hacer un esfuerzo incesante, que nunca parece suficiente, y las conduce a estados que van desde una sensación inicial de descontento o desmotivación hasta alcanzar niveles críticos de estrés, decrisis de angustia y ansiedad.

Aquellas personas que tengan la autoestima más debilitada; que hayan sido criadas por familias hiper exigentes y trasladen esa situación al mundo laboral o que tengan rasgos de personalidad obsesivas son más propensos a desarrollar una patología conocida como «sisifemia», caracterizada por una hiperexigencia, agotamiento y obsesión abrumadora por la productividad laboral donde la persona siente que nunca se alcanza la perfección.
Características
Esta nueva patología fue identificada por José Manuel Vicente, director de la Cátedra de Medicina Evaluadora Pericial de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) en 2022. Su nombre nace de tomar el mito de Sísifo, personaje que desafió a los dio
ses y como castigo tuvo la tarea de cargar una roca hasta lo más alto de una montaña, desde donde la roca cae. Una y otra vez, Sísifo debe regresar a la parte baja de la montaña para volver a cargar la roca hasta lo más alto, y así por toda la eternidad. La sisifemia afecta a todo tipo de trabajadores y en todos los cargos, pero se ve de forma más pronunciada en profesionales de la salud; abogados y profesionales legales; empresarios y emprendedores, especialistas de las áreas de tecnología e informática o finanzas y banca.
Diagnóstico y tratamiento
Como la sisifemia puede confundirse con el burnout (desgaste laboral) o el workaholismo (adicción laboral) o el TOC (trastorno obsesivo compulsivo), su diagnóstico no es tarea fácil. Las personas con centralidad en el trabajo suelen proyectar allí temas personales, convirtiéndolo en el escenario perfecto para re editar lo no resuelto aún como estructuras familiares exigentes o narcisistas, tipo de crianza, violencia, vínculos con el liderazgo, traumas, entre otros. Somos personas, trabajadoras, lideres, padres, parejas; somos mente, cuerpo y espíritu, somos emociones, y también cuerpos energéticos con una historia y relacionamiento con el mundo particular. Por eso el tratamiento de la Sisifemia y otros trastornos del ámbito laboral deben contar con una visión holística y especializada.
El tratamiento de este trastorno puede ser complejo pero posible, puede incluir desde psicoterapias combinadas con técnicas de relajación, homeopatía, cambios en la alimentación, actividad física, como así también apoyarse en la medicina tradicional a través de estudios complementarios y en casos más complejos, con psiquiatría. La clave es contar con un buen profesional de la salud que pueda acompañar en el proceso del manejo de las emociones para que la persona pueda establecer los límites adecuados para lograr un equilibrio de la vida laboral y personal.
En la mitología griega, Sísifo fue condenado a empujar una roca gigante montaña arriba hasta la cima, solo para que volviese a caer rodando al valle, para recogerla y subir, una y otra vez a perpetuidad
FUENTE REVISTA MIA: https://www.pressreader.com/argentina/mia-e449/20231012/281994677147596