Dos de las enfermedades más frecuentes, la depresión y la ansiedad, son responsables de la pérdida de más de 12 mil millones de días de trabajo al año a nivel mundial.
Pero no siempre nos damos cuenta de esto a tiempo, explica la Lic.. Analía Tarasiewicz (M.N. 57898), Psicóloga & Coach Laboral, Creadora del Método Tarasiewicz. «A veces, necesitamos que sea el cuerpo el que nos hable a través del cansancio extremo, el insomnio, los dolores de cabeza o la fatiga emocional. Otras veces, son nuestras emociones las que nos gritan a través de la ansiedad, la tristeza o la irritabilidad constante y muchas otras estos síntomas iniciales crecen y lo que era un problema psicoemocional leve pasa a estados críticos y a veces irreversibles.»
Es en esos momentos donde los síntomas empiezan a hablar es cuando debemos escuchar más profundamente y preguntarnos: ¿Qué está pasando? ¿Cómo está afectando mi trabajo mi salud mental? ¿Cómo nos afecta el estrés acumulado? ¿Qué situaciones no resueltas de nuestra vida estamos proyectando en el trabajo? Estas preguntas son fundamentales para comenzar a construir un camino más humano en nuestros espacios laborales.
Los números del problema
Aunque esta reflexión es profundamente personal, también debemos mirar el panorama global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 15% de los adultos en edad de trabajar tiene un trastorno mental.
Sin embargo, lo más preocupante es que, a nivel mundial, aproximadamente el 75% de las personas con trastornos mentales no reciben el tratamiento que necesitan. La falta de acceso a servicios de salud mental, combinada con el estigma que persiste en el entorno laboral, hace que muchas personas sufran en silencio, sin saber a quién recurrir o temiendo las repercusiones de hablar sobre sus dificultades emocionales en el trabajo.
Trabajar en uno mismo
Aunque las organizaciones juegan un papel fundamental en la promoción de la salud mental, también es importante que, como individuos, asumamos la responsabilidad de trabajar en nosotros mismos y gestionar nuestro bienestar de manera proactiva. ¿Por dónde empezar? La Lic Analía Tarasiewicz aconseja:
Escuchar los síntomas: Si sientes que algo no está bien en tu trabajo, presta atención a los signos que tu cuerpo y mente te envían. La desmotivación, el cansancio constante o la ansiedad recurrente no son normales; son señales de que algo necesita cambiar.
Definir límites: Aprender a poner límites en el trabajo es esencial para proteger tu salud mental. No temas decir «no» cuando las demandas sean excesivas y asegúrate de mantener un equilibrio entre tu vida laboral y personal.
Desarrollar una identidad laboral sólida: Reflexiona sobre tu vocación, tu propósito y los valores que guían tu trabajo. Cuando el trabajo está alineado con lo que realmente importa para ti, es más fácil encontrar satisfacción y evitar el agotamiento.
Buscar ayuda profesional: Si sientes que tus problemas emocionales están afectando tu rendimiento o bienestar, no dudes en buscar el apoyo de un psicólogo o coach especializado en temas laborales. La ayuda profesional puede marcar una gran diferencia en cómo gestionas el estrés y las dificultades en el trabajo.